Observando a la clase con Epoptes.

septiembre 2, 2012

La enseñanza en un salón lleno de computadoras es todo un desafío, como lo saben todos los profesores que lo hacen así. Hay diferentes posibilidades: Se puede permanecer al frente de la clase, dando rígidas instrucciones y rogándole a todos los santos del cielo que todos los alumnos las sigan al pie de la letra de tal forma que no se tenga que interrumpir el ritmo de la clase para repetir instrucciones, o peor aún detener la clase para ir a asistir a los alumnos que se encuentren en problemas, trasladándose a su lugar de trabajo.

También es posible (método muy usado en las escuelas públicas) presentarle a cada alumno un instructivo, para la realización de la práctica en turno. Este instructivo impreso o en una pantalla de la computadora, debe completarse durante el transcurso de la hora-clase, y el resultado del trabajo generalmente se remite al profesor en forma electrónica, aún cuando también se estila que el alumno entregue un cuestionario resuelto al final de la clase.

Este último método tiene la “ventaja” que le permite al docente “pasearse como fiera rampante” por entre los dolientes alumnos, listo a saltar sobre cualquier joven que se encuentre distraído, o que esté haciendo otra cosa ajena a la clase frente a la computadora.

Con 15 años de experiencia y con una personalidad rebelde, ambos métodos me parecen “materia aborrecible”. Confieso que muy al principio de mi carrera docente probé ambos (entre otros), con la falsa esperanza que con alguno de ellos se logrará un avance mas parejo entre los alumnos.

Como no logré la ansiada meta, seguí mis instintos y me decidí a hacerlo de una forma que me resultara mas natural. Al principio de la clase presento el marco teórico necesario, doy instrucciones generales y a continuación los estudiantes deben realizar una práctica, que puede demorar mas de una hora-clase, incluso varios días, dependiendo de la complejidad de la misma. Los resultados son notablemente mas satisfactorios, tanto para los alumnos como para este que escribe.

Pero claro, nada es perfecto, este método también tiene sus inconvenientes, en primer lugar es físicamente agotador para el docente que debe estarse desplazando continuamente por entre las mesas de trabajo, agachándose una y otra vez para ver el monitor, incluso teniendo que ocupar el lugar del estudiante para resolver alguna situación que se ha salido de control, ya que los muchachos son curiosos por naturaleza y tienden a “picarle aquí y allá”.

De igual forma debo continuamente llevar a algunos alumnos al pizarrón para explicar algo con mayor detalle.

Por supuesto esto permite que mas de uno de los jóvenes aproveche estos lapsos para hacer de las suyas y realizar otras tareas que son ajenas a la clase.

Y claro, provoca algo que muchos docentes mas tradicionalistas consideran “pecado mortal”: mi salón de clase es muy ruidoso. Los estudiantes tienden a colaborar unos con otros en forma espontánea, y muchas veces las explicaciones que se dan entre ellos, usando su “lenguaje juvenil” les resultan más claras, que aquellas “sesudas” indicaciones que este humilde “adulto” puede presentar.

Decidido a paliar las desventajas de este método me sumergí en la tecnología existente buscando alguna ayuda. Durante algunos años usé Italc como herramienta de observación, pero debo confesar que nunca cumplió a cabalidad. Laborioso para instalar y configurar, y muy proclive a “caerse” a la menor provocación. Italc cumplía básicamente la labor de hacerle sentir a los estudiantes que podían ser observados e intervenidos en cualquier instante. Solamente lo usaba al principio del ciclo escolar y con motivo de alguna ocasión especial. Por lo demás continuaba terminando las labores del día con dolor de cintura.

En mi escuela usamos Ubuntu, y este año nos ha tocado actualizar a la nueva versión LTS (la 12.04 Precise Pangolin). Como siempre que tengo que actualizar, comencé mi propio proceso de aprendizaje aún antes de terminar el ciclo anterior, y por ahí, no recuerdo bien donde, leí que Edubuntu (la versión especializada en educación) había sustituido Italc por Epoptes como herramienta monitor. La razón principal eran los problemas de estabilidad, de los cuales doy fe.

Epoptes significa observador en griego, país de origen de esta aplicación, a diferencia de Italc solamente tiene versiones para GNU / Linux y al igual que casi todos los programas de este tipo utiliza VNC para manejar las sesiones.

Epoptes está disponible en su última versión en los repositorios de Ubuntu y además está disponible un ppa en Launchpad para versiones anteriores del sistema operativo, también existe un paquete para Debian y un rpm para OpenSuse. Como cualquier otro programa de código abierto es posible descargar el código fuente y realizar la compilación y la instalación en cualquier distribución (además de realizar las modificaciones que se deseen).

A diferencia de programas al estilo de Remmina o TeamViewer, el uso de Epoptes no requiere del consentimiento del usuario que se desea observar o intervenir, ideal para un salón de clase.

La instalación y configuración son simples, en la computadora del profesor hay que instalar el paquete Epoptes (Cliente y servidor). Esto puede hacerse usando el Centro de Software, Synaptic o la siempre cómoda terminal:

sudo apt-get install epoptes

A continuación hay que integrar el usuario (o usuarios) que se desee que puedan usar Epoptes en esa PC:

sudo gpasswd -a nombreusuario epoptes

Donde hay que sustituir “nombreusuario” por el nombre del usuario al que se desea dar acceso.

Los clientes Epoptes suponen por defecto que el nombre de la PC del profesor es: server, así que si es posible resulta conveniente cambiar el nombre de la PC a “server”, para hacerlo basta con editar un par de archivos de configuración:

En primer lugar el archivo /etc/hostname y cambiar el nombre que ahí aparece por el de server

sudo nano /etc/hostname

A continuación hay que modificar el archivo /etc/hosts y cambiar la segunda línea para que se vea así:

127.0.1.1 server

Habrá que reiniciar la PC para que los cambios surtan efecto.

En cuanto a la instalación en cada una de las PC de los estudiantes en primer lugar hay que instalar el cliente Epoptes:

sudo apt-get install epoptes-client

Ahora, dependiendo de como se ha instalado el servidor Epoptes habrá de terminarse la configuración.

Si se ha decidido no cambiar el nombre de la PC del profesor (como ha sido mi caso) deberá editarse en cada PC cliente el archivo /etc/default/epoptes-client y bajo la línea que dice:

#SERVER=server

Deberá añadirse la línea:

SERVER=nombrepcprofesor

Cambiando nombrepcporfesor por el nombre que tiene asignada la PC del profesor o en su defecto, si cada PC tiene una dirección IP estática, por la dirección IP de la PC del profesor.

Ahora, independientemente de si se ha realizado un cambio de nombre o no, deben obtenerse los certificados SSL de la PC del profesor, usando en cada cliente el comando:

sudo epoptes-client -c

Debe observarse la salida atentamente para verificar que la comunicación ha tenido éxito. Una vez concluido este proceso, habrá de reiniciarse la PC para asegurar que se apliquen correctamente los cambios.

Epoptes la Herramienta Docente.

Este poderoso programa permite facilita la vida del docente con capacidades muy útiles.

Permite enviar a todos o bien solamente a algunos clientes una proyección de el escritorio del profesor; esto es de gran ayuda cuando se tiene que explicar algún procedimiento. Hay que entender que el proceso de difusión en la red no es tan fluido como un vídeo, por lo que el docente debe practicar hasta encontrar la velocidad óptima con la que realiza las demostraciones. La pantalla del profesor puede aparecer en una ventana, o bien puede ocupar la totalidad del monitor, retirando además el control de la PC a los estudiantes.

Permite en todo momento tener un vista de pájaro del contenido de todos los monitores de la clase, en un panel de miniaturas, y en cualquier momento se pude expandir en una ventana a tamaño completo (tamaño del monitor del estudiante) su actividad completa. Esto sin que el estudiante esté consciente de la observación. Esta característica es particularmente útil para realizar la evaluación del trabajo de cada uno de los estudiantes, sin necesidad de abandonar el propio escritorio, o al menos reduciendo notablemente el número de ocasiones en que hay que hacerlo.

Permite bloquear el uso de todos o solamente de algunos de los clientes, muy útil cuando hay que dar indicaciones o explicaciones y requerimos que nuestros chicos no se distraigan con la PC. Es desagradable decirlo pero también puede ser usada como una herramienta disciplinaria, permitiéndonos congelar la PC donde se ha cometido una “fechoría” y así preservar las pruebas, si así se requiriera.

Permite enviar mensajes a los clientes, de tal suerte que es posible trasmitir información útil, en forma legible, como por ejemplo direcciones complejas de algún sitio web, sin necesidad de recurrir al pizarrón, o bien enviar recordatorios para que guarden continuamente su trabajo, o cualquier otra información necesaria.

Permite tomar el control de las PC, de forma que es posible realizar tareas en la PC del estudiante, sin tener nuevamente que abandonar nuestra propia PC. Esta herramienta es muy potente y hay que usarla con responsabilidad; además no es muy útil en casos extremos, como por ejemplo cuando la PC cliente se ha congelado.

Por último permite enviar comandos a ser ejecutados en una o en varias terminales muy al estilo del uso que damos a la combinación de teclas Alt + F2 en Ubuntu.

Parafraseando a Ben Parker (Un gran poder implica una gran responsabilidad) debo recordar a mis lectores que Epoptes (o cualquier otra herramienta similar) no deben ser usadas para coartar la creatividad de los alumnos, mucho menos deben ser usadas como herramienta de control disciplinario indiscriminado, ya que lo único que lograremos será un ambiente rígido y aburrido, campo árido y estéril para el aprendizaje.

Actualización 22 de septiembre de 2015

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